Para el año 2025, las tendencias de belleza reflejan un cambio hacia la sostenibilidad y la tecnología avanzada. Una disminución notable en el uso de rellenos faciales se observa a medida que las personas prefieren alternativas naturales como masajes de efecto lifting y yoga facial. Las manicuras sostenibles están ganando popularidad con kits biodegradables y compostables, hechos de bioplásticos de origen vegetal.

Los protectores solares minerales, libres de químicos agresivos, están en auge gracias a su efectividad y seguridad. Las rutinas bioactivas, apoyadas por ingredientes cultivados en laboratorios, ofrecen soluciones más sostenibles y efectivas.

La inteligencia artificial se está integrando en tratamientos de cuidado de la piel para ofrecer rutinas personalizadas y eficaces. Los perfumes con propósito terapéutico están atrayendo a la Generación Z, que busca fragancias que evocan recuerdos y emociones.

El cabello con volumen está resurgiendo, utilizando técnicas como los ruleros de velcro para lograr un look natural. En cuanto al cuidado del cuello y el escote, se están desarrollando nuevos productos tópicos que ofrecen resultados rejuvenecedores.

Por último, el delineador alado, aunque inicialmente considerado pasado de moda, está resurgiendo con fuerza, destacándose en las alfombras rojas con un perfilado dramático.